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El gesto de Messi con un niño uruguayo

Luciano, de 11 años, se llevó un recuerdo imborrable en la puerta del hotel donde se hospeda el seleccionado argentino.

Luciano y Julieta nunca habían estado tan cerca en su vida como esta tarde en Uruguay. La joven tiene 28 años y es bahiense, el niño tiene 11 y Montevideo es su ciudad natal. A sus ciudades de origen las separan millones de litros de agua, a sus corazones los une un sentimiento igual, la devoción por Lionel Messi.

Luciano tuvo devolución del ídolo. Era frustración convertida en llanto cuando personal de seguridad lo apartó sin contemplar su inocencia. Messi vio la escena y al chico triste y detuvo su marcha, demoró su ingreso al Sheraton, y sonrió cuando lo tuvo enfrente para regalarle foto y autógrafo.

El pequeño Luciano, junto a su padre, Pablo, permanecía inmóvil en la espera, no tanto por el frío como por la ansiedad de darle a Messi una carta en la que le confesaba que era su ídolo, y que esperaba darle al rosarino cuando descendiera del bus.

Y se lanzó tras la valla, pero el personal de seguridad lo apartó. El chico corrió rumbo a donde estaba su padre, llorando, con su carta con destinatario pero sin destino.

No le gustó eso a Messi. Su rostro adusto mostró malestar por lo que estaba atravesando el pequeño. Sonrió Luciano, sonrió Messi cuando estuvieron frente a frente. Leo lo abrazó y le firmó un autógrafo. Y fue el presidente de San Martín de San Juan, Jorge Miadosqui, quien le sacó la foto con el celular del chico.

Luciano volvió junto a su padre, y le pidieron que muestre la foto que se sacó con el celular. ¿Habrá salido?, le preguntaron. “Me mato”, soltó. Pero allí estaba la foto. Los dos sonrientes, por más que Luciano todavía se despojaba del último sollozo de la fenecida frustración.

Después de recorrer varias ciudades del mundo con su mochila a cuestas, Julieta, licenciada en Turismo, se afincó en esta capital uruguaya y consiguió empleo en un hostel. Allí verá mañana el partido entre Uruguay y Argentina, para cubrir a los compañeros que lograron obtener las entradas que ella no consiguió.

“Ganamos 1-0”, pronosticó, y el autor de ese gol, imaginó, naturalmente será el crack de Barcelona, al que hoy vio detrás de una valla, tras soportar un gélido viento que llegaba desde el río, en la llegada del conjunto argentino a la concentración.

Los caminos de Julieta y Luciano se cruzaron durante algunas horas y quizás por única vez y para siempre. Y aunque el pequeño pronosticó un triunfo uruguayo por 2-1, rápidamente aclaró, en una tregua implícita con Julieta y con su ídolo, que el gol argentino será del 10 al que más admira, del capitán argentino.

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